A pesar de que nuestros sistemas de calefacción no se deberían ver afectados por este tipo de climatología, la verdad es que a todos nos ha sorprendido las bajas temperaturas que hemos llegado a sufrir.Se han registrado mínimas históricas en varios puntos de España, por lo que no está demás verificar el estado en el que han superado este temporal. Podemos llegar a encontrar en algunos casos que se han producido algunos desperfectos.
Pero estos desperfectos normalmente vienen asociados, o bien a una instalación deficiente, o bien porque la instalación estaba ya en mal estado, lo que haría que esta situación tan extrema empeorara el estado del circuito provocando fallos.
Y una avería durante ese temporal, habría sido catastrófico, ya que hoy en día casi todos dependemos de nuestra calefacción para afrontar esas temperaturas. Tendríamos que recurrir a los sistemas tradicionales para calentarse, ya sabes, manta, estufas eléctricas o de gas, etc.
No es que sea una situación normal la que hemos sufrido, y todos los sistemas suelen estar preparados para estas inclemencias. Y en el caso de que volvamos a tener la visita de una de estos temporales, vamos a proteger la instalación o por lo menos revisarla antes de que tengamos que lamentarlo.
Cuidado con las heladas
Para conseguir evitar que una helada pueda echar por tierra nuestro sistema de calefacción, en primer lugar, debemos haber realizado la revisión correspondiente, tanto a la caldera, como a todo el circuito, a principio del otoño.
El hecho de haber llevado a cabo tal revisión, nos permite averiguar los puntos más débiles de nuestro sistema, y de este modo poder llegar a reparar o proteger dichos, puntos.
Por ejemplo, si detectamos fugas en alguno de los radiadores o nos encontramos con la posibilidad de que alguno de ellos se encuentre “picado” y pierda agua, será ese punto el que debemos reparar y reforzar, ya sea mediante cintas selladoras o recurriendo a profesionales para que realicen esa labor.
En el caso de detectar manchas de humedad en suelo, o techo del vecino, puede que sea alguno de los tubos que conducen el agua desde la caldera hasta los radiadores los que presenten una fuga, y por lo tanto habría que corregirla lo antes posible, para evitar males mayores.
Esto son soluciones lógicas que realizamos incluso cuando no se aproxima una fuerte helada, pero en el caso de que aparezcan justo antes o durante este efecto climatológico, hace que su reparación tenga carácter urgente.
Y es que esa pérdida de agua puede conllevar, no solo el desperfecto en el mobiliario, suelo o paredes del domicilio, sino también un aumento de la factura en calefacción.
Además, cabe la posibilidad, al no calentarse bien las estancias y ya dependiendo de lo fría que sean, pueden incluso llegar a congelar el líquido que circula por su interior.
Por norma general, cuando se realiza el llenado del circuito de agua de la calefacción, los técnicos añaden un líquido anticongelante, como el de los coches, precisamente para evitar que ese líquido se congele.
Algunos consejos para proteger tu instalación de las heladas
Las casas en las que no habitamos diariamente, pueden sufrir este tipo de congelación, aun usando el anticongelante, debido a la cantidad de tiempo que el sistema está parado. Casas en el campo, chalets vacacionales y otro tipo de segundas viviendas suelen ser las que sufren este tipo de averías.
Una de las opciones que tenemos a la hora de evitar que los tubos de la calefacción se congelen, sobre todo cuando alguna de las partes de la instalación esté en el exterior, aunque no debería, sería mantener la caldera encendida, aunque no se esté en casa.
Ya sabemos que esto implica un aumento de la factura de gas, pero no debería estar más de un día o dos, no mucho más, y de este modo mantendríamos la casa caliente y sin riesgo de heladas.
Mucho cuidado con las habitaciones en las que hemos cerrado los radiadores para evitar aumentar el consumo. En estos casos es importante que esa estancia también sea calentada, ya que los problemas podrían llegar por ese lado.
En las calderas de condensación, en muchas ocasiones, se suelen instalar en el exterior de la vivienda, lo cual, con las temperaturas que hemos pasado, hay que tener cuidado de que no afecte.
Ojo con la tubería de condensado, que es por donde se va a expulsar la humedad que se genera. Si la temperatura exterior es muy fría, esta tubería puede llegar a congelarse y explotar.
Para intentar evitar que esto ocurra, tenemos varias maneras de hacerlo
Mediante aislamiento. Puede adquirir cualquier producto aislante para los tubos de condensación en cualquier gran superficie de bricolaje.
Tener la calefacción puesta toda la noche, mientras duren estas condiciones climáticas, pero a una temperatura baja, no hace falta que esté funcionando a pleno rendimiento. Al estar expulsando constantemente el calor, evitaremos la congelación.
Verificar en las instrucciones de la caldera, para reducir la cantidad de condensado que expulsará la caldera durante su funcionamiento, sobre todo en las horas de mayor frío.
Otra opción sería buscarle otra ubicación a la tubería para evitar que en época de frío intenso lleguen a congelarse.
En el caso de detectar que la tubería ya se ha congelado, lo podrá verificar visualmente, aunque también es probable que lo note, ya que la caldera no arranque o muestre un error en pantalla, dependiendo del modelo de la caldera.
En tal caso, deberá descongelar la tubería. Para ello con algún elemento térmico o con agua tibia y poco a poco para evitar roturas por el cambio de temperatura, estaría solucionado. Reinicie la caldera y podrá seguir disfrutando de ella.
En el caso de que se haya roto o haya estallado, la única solución que le queda en contactar con un profesional para su reparación.
Y para eso nos tiene a nosotros, ya sea por avería, instalación o revisión de su sistema de calefacción, cuente con nosotros, cuente con Cuidur.