Calderas antiguas: Origen y evolución

Las calderas antiguas, en la actualidad, las encontramos en museos como piezas de exposición, y en ningún momento nos imaginamos que un objeto de tales características pudiera formar parte de nuestro hogar para calentarnos.

La vida en nuestros hogares, como la concebimos ahora mismo, no sería posible sin la evolución y adaptación de las calderas antiguas a nuestra situación actual.

Las primeras calderas nacen en la Revolución Industrial, tras la aparición de la máquina de vapor en el siglo XIX. A raíz de esta comienzan a instalarse calderas de carbón para repartir el calor a los diferentes hogares. Gracias a un sistema de tuberías conducían agua caliente hasta los radiadores de hierro fundido instalados en las casas. Aunque aportaba calor a las viviendas, existían algunas deficiencias: la pérdida de capacidad de calentar muchos hogares al irse enfriando el agua a medida que avanzaba por las tuberías.

Tras comprobar los beneficios del privilegio de poder mantener a la población a una temperatura cómoda en sus hogares, se comienza a trabajar en mejorar los sistemas de calefacción.

Calderas antiguas - cuidur

¿Son las calderas de gas antiguas?

 

En la búsqueda de la evolución de las calderas antiguas, aparecen las primeras calderas de gas en el siglo XX, denominadas calderas atmosféricas, basadas en unos quemadores alimentados por gas que calentaban los propios tubos por donde circulaba el agua. 

Vista la efectividad de este nuevo método, se siguió trabajando en mejorar el proceso. Las calderas estancas contaban con una zona de combustión aislada del exterior. Para ello tenían una entrada de aire y una salida de gases. Esto hizo aumentar su eficiencia considerablemente.

Aunque son efectivas, las calderas atmosféricas y estancas han pasado a formar parte del elenco de calderas antiguas. En la actualidad, aunque se encuentran instaladas en algunos hogares, se prohíbe su nueva instalación.

Calderas eficientes

Calderas-eficientes - cuidur

Una vez encontrado un método eficaz para calentar nuestros hogares, comienza la búsqueda de la eficiencia: Minimizar los recursos que se utilizan y reducir las consecuencias medioambientales.

Las calderas de condensación (la mayoría de las que poseemos en la actualidad). Cuentan con un método de distribución del calor a través de radiadores o suelos radiantes. El sistema es similar a las calderas antiguas, pero se elimina la expulsión de los gases al exterior. Estos gases se reutilizan para aportar calor y así necesitar menos gas. En la nueva expulsión, se utiliza el sistema de condensación, deshaciéndose de los residuos a través de líquidos. Siendo mucho más seguro que la expulsión de gases a través de este método. 

Por estos motivos, una directiva comunitaria, aprobada en 2015, prohíbe la instalación de las calderas antiguas. Establece las calderas de condensación como únicas calderas de gas válidas para su fabricación e instalación. 

Para promover esta eficiencia energética, muchas Comunidades Autónomas ofrecen Planes Renove. Los hogares obtendrán ayudas económicas para la sustitución de las calderas antiguas por estos nuevos modelos.

En Cuidur te proporcionamos toda la información necesaria para aprovecharte de los beneficios de cambiar tu caldera antigua.