¿Has notado cuando usas la calefacción que la presión de la caldera aumente? Es un dato que hay que vigilar, por lo menos de vez en cuando, ya que puede llegar a ser peligro. Por eso te vamos a ayudar a reducir esa presión de la caldera.
Para evitar males mayores, la mejor opción es mantenerla siempre dentro de los límites que establece el fabricante, así que, no le pierdas ojo.
La presión en la caldera
Por norma general la presión que debe tener una caldera de gas debe ser de 1,5 bar, esa es la recomendación más generalizada entre todos los fabricantes, pero puede variar, dentro de los límites de seguridad, bajando a 1 bar o llegando, como máximo a 2 bar.
De todos modos, por seguridad, todos los fabricantes instalan medidas de seguridad en el caso de que la presión de la caldera no sea la correcta, quedando inactiva en el caso de que la presión esté por debajo de los 0,5 bar.
En el caso de que la presión sea más elevada de lo recomendable, existen otros sistemas de seguridad implementados en las calderas, que pueden ser señales acústicas y visuales.
Cuando este sistema de alerta es acústico, la caldera, dependiendo del modelo y del fabricante, puede emitir un sonido de alarma para informar que se va a proceder a expulsar parte de esa presión de forma automática.
Normalmente ocurre cuando la caldera pasa de una presión de 3 bar, lo que provoca que se abra una válvula de seguridad para expulsar el exceso de presión.
Este sistema también suele poder hacerse de forma manual, aunque se debe realizar con mucho cuidado, ya que probablemente se produzca un goteo de agua a altas temperaturas.
Para que tengas una idea, es como cuando purgas los radiadores, que expulsan todo el aire de su interior hasta que sale una gota de agua a una temperatura bastante alta.
En el caso de la caldera es parecido, pero se expulsa más vapor, que va a estar a una temperatura muy elevada.
Por qué se produce este aumento de presión
En muchas ocasiones, el aumento de presión que se produce dentro de la caldera es debido a que alguno de los elementos que forman parte de ella está defectuoso, deteriorado, sin un funcionamiento correcto.
Normalmente la presión comienza a aumentar en el vaso de expansión, por lo que su mal funcionamiento provoca esta subida.
Este vaso de expansión está situado dentro del cuerpo de la caldera, y dependiendo de cada fabricante se situará en una zona u otra de la caldera.
Precisamente la misión que tiene esta parte de la caldera, es la de corregir las variaciones que se puedan producir en la presión causada por el enfriamiento o calentamiento del agua dentro de la caldera.
Este vaso de expansión está formado por dos cámaras, una con aire o gas inerte y la otra donde se almacena el agua.
Estas dos cámaras serán las que se encarguen de reducir la presión cuando el agua se enfría o absorber parte de la presión cuando el agua se calienta.
Si la caldera perdiese agua, por algún tipo de fuga, o el gas inerte se escapase, entonces el funcionamiento del vaso de expansión sería incorrecto y se provocarían esos aumentos o bajadas de presión, según sea el fallo.
Por norma general, si la caldera perdiese agua, la presión de la caldera bajaría, teniendo que reponer esa agua. Pero si descubrimos que tiene una fuga, lo mejor será contactar con un técnico, ya que debería ser revisada y reparada por un profesional.
En el caso de lo que sea el gas inerte el que se pierda, puede también deberse a un mal funcionamiento puntual de la caldera, lo cual se puede corregir mediante una válvula que suelen tener todas las calderas para reponerlo.
Cómo reducir la presión de la caldera
Una vez que nos damos cuenta de que la presión de la caldera ha subido, ya sea por el sonido de aviso de la caldera o simplemente mirando el manómetro, que normalmente tienen todas las calderas, debemos seguir una serie de pasos, para reducir esa presión de manera segura.
Por seguridad y como primera medida, debemos parar la caldera y desenchufarla. Parece un paso lógico, pero cuando ves que no funciona bien, y puede estar sonando la alerta, te puedes poner nervioso y saltarte este paso.
El siguiente paso también es bastante lógico, pero no queremos dejarnos ninguno atrás, para que en ningún momento se vea comprometida tu integridad física. Debemos cortar la entrada de gas a la caldera.
Este paso puede parecer irrelevante, pero como se suele decir, más vale prevenir. De este modo nos aseguraremos que no pueda haber ningún escape de gas.
A continuación, debemos asegurarnos que la válvula que da paso a la entrada de agua en la caldera se encuentra cerrada. Evitando así que se pueda volver a llenar de agua el dispositivo. Al estar aún caliente, solo provocaría que se produjera más presión.
Debemos dejar que el circuito entero de la calefacción se enfríe todo lo posible. Por eso es recomendable, que, como mínimo, esté completamente parado el sistema durante 3 horas.
Así el agua se enfriará y podremos realizar los trabajos necesarios sin correr ningún riesgo.
Una vez que ya han pasado esas 3 horas, como mínimo, nos dispondremos a realizar un purgado del sistema, procediendo a liberar presión de los radiadores.
Para la purga de los radiadores usaremos un destornillador, o la herramienta adecuada para este trabajo. Mucho cuidado al realizarlo, el agua que saldrá de los radiadores podría estar todavía caliente. Ten a mano un recipiente para recoger esta agua, ya que es posible que tengamos que repetir la operación varias veces.
Verificamos que tras un primer purgado, el manómetro nos indica que la caldera vuelve a mostrar la presión correcta, recuerda 1,5 bar. En el caso de que no sea así, repetiremos la operación de purgado, para reducir la presión de la caldera.
Si la presión indicada ha bajado de esos 1,5 bar, simplemente tendremos que reponer el agua perdida accionando la válvula de entrada de agua que antes habíamos cortado. De esta manera la presión volverá a subir hasta la cantidad correcta.
Si ves que nada de lo que estás haciendo funciona, o que una vez restablecido el sistema y haya vuelto a poner en marcha la caldera, se repite esa subida de presión, entonces debes recurrir a un profesional para que pueda determinar y corregir el fallo.
Y para eso dispones de los profesionales de Cuidur, para que revisemos y reparemos tu calefacción.
Si necesitas contactar con nosotros con cualquier duda, puedes hacerlo aquí.
Esperamos que este artículo te haya servido de ayuda, por eso nos encantaría saber tu opinión sobre él. ¡Te leemos!