Cuando nos planteamos la instalación de una caldera, ya sea en nuestro hogar, en un edificio o en las oficinas, debemos tener en cuenta que se deben cumplir una serie de requisitos.
Y es que para poder llevar a buen término la instalación debe cumplirse los requisitos establecidos por la ley y recogidos en un documento denominado RITE (Real Decreto de Instalaciones Térmicas en Edificios).
Pero no solo estos requisitos, que fueron aprobados haya por el 2013 y modificados el año años más tarde para acogerse a la normativa europea ErP (Energy Related Products). De este modo quedan claros todos y cada uno de los requisitos que se necesitan a la hora de realizar una instalación de este tipo.
Y es que el estudio previo a la instalación de una caldera es fundamental para asegurar que se cumplen todas las normativas y tener claro todos los elementos y pasos a seguir para cumplirlos.
Y por supuesto con materiales con sus correspondientes sellos y autorizaciones, es decir con materiales de calidad para cualquier tipo de inconveniente en un futuro.
Así, cuando toque la revisión de la caldera y de la instalación, no habrá que tomar medidas para corregir posibles fallos de instalación o de funcionamiento en ninguno de los diferentes elementos que componen el sistema de calefacción.
Desde la entrada en vigor de las diferentes normativas que se han ido estableciendo a lo largo del tiempo, ya sean propias de nuestro país o que nos haya indicado Europa, todas las nuevas instalaciones deben realizarse con una caldera de gas de condensación.
Si quieres saber más sobre este tipo de calderas, podéis echar un vistazo a este blog. Podrás comprobar que, a día de hoy, este tipo de caldera son las que mejor cumplen en materia de eficiencia energética, son las más silenciosas y seguras en caso de tener algún tipo de fallo.
Normativa RITE y los requisitos para instalar una caldera
Como te comentábamos antes, junto con la normativa europea ErP, en el caso de que la instalación se realice sobre una obra nueva, la caldera debe ser, sí o sí, de condensación por muchas razones, que ya habrás leído en el blog.
Además, esta normativa le dan una mayor responsabilidad a los instaladores, pudiendo ofrecer a cada cliente la caldera de condensación que mejor se adapte a su presupuesto y a sus necesidades.
Algunos de los aspectos que esta normativa recoge, y que conviene señalar son:
Se requerirá de un proyecto técnico cuando la potencia de la instalación térmica sea superior a los 70kW. Por norma general, y más con los tamaños de las casas de hoy en día, la potencia necesaria para nuestro hogar no debería superar esa cantidad.
Para que te hagas una idea, un piso de unos 100m2 con un solo baño dedicará a la calefacción 24kW y al agua caliente otros 24kW. Ahora calcula los metros cuadrados de tu casa y la potencia que necesitarás, aunque donde puede haber un aumento más drástico suele ser con el ACS (agua caliente sanitaria) y la cantidad de baños en tu casa y el uso que se de a este servicio.
En los casos en los que la potencia requerida sea inferior a 70kW pero superior a 5kW, que es lo mínimo, el proyecto técnico que se requiere, se sustituye por una memoria técnica que puede elaborar el instalador.
Como ya te hemos comentado antes, la instalación de la caldera debe realizarse por un profesional cualificado, cumpliendo que lo estipulado en el proyecto técnico o en la memoria, para así poder certificar la instalación realizada y pase lo controles requeridos cuando se realice la inspección correspondiente.
La salida de humos va a tener una disposición diferente, dependiendo de si se trata de un edificio de pisos, o de casas adosadas o si por el contrario son viviendas unifamiliares.
En los edificios y casas adosadas, al instalar la salida de humos en la fachada, la comunidad debe autorizar esa instalación, sin ella sería imposible realizarlo. Además, se debe realizar una instalación para el desagüe.
En el caso de las viviendas unifamiliares, la salida de humos puede instalarse en la fachada o en las cubiertas, pero debe cumplirse un requisito: esta salida debe estar a una distancia mínima de 3 metros del vecino más cercano.
Este tubo de condensación debe ser de PVC o plástico, ya que se encargará de evacuar el agua procedente de la condensación de la caldera, que pueden ser aproximadamente dos o tres litros de agua al día.
En el caso de que ya exista un desagüe, puede que sea de material metálico, como el plomo, por lo que se recomienda la instalación de un filtro a la salida de la caldera y antes del desagüe para evitar posibles averías.
Este desagüe además debe ser independiente del tubo de salida de gases, sobre todo en calderas antiguas, en las de última generación se suele usar el mismo tubo, eso sí, debe tener una pequeña pendiente para conseguir expulsar esa agua sin necesidad de ningún otro dispositivo.
En el caso de que no sea así, se deberá utilizar una pequeña bomba adicional, con el fin de evitar que el agua de condensación pueda volver a subir hacia la caldera y producir daños en el dispositivo.
Ten en cuenta que esta agua tiene un PH muy alto y por lo tanto es muy corrosivo, por lo que no conseguir evacuar esta agua de forma correcta puede acortar la vida útil de tu caldera y exponerte a costosas reparaciones e incluso, al cambio de caldera.
Si necesitas que alguien te eche una mano a la hora de elegir la mejor caldera de condensación para tu hogar, casa, piso, edifico u oficina, ya saber que puedes contar con Cuidur y con nuestros instaladores, que cuentan con amplia experiencia y por supuesto, con todas las cualificaciones necesarias para realizarlo.