El gas natural

El sistema más común en todos los hogares de nuestro país a día de hoy, son las instalaciones para transformar la energía del gas natural en el calor de tu hogar.

Con la caldera como principal motor, y los radiadores que se encargarán de repartir el calor por todas las habitaciones de nuestra casa, el gas natural, es, a día de hoy, la mejor solución.

La mejor solución para mantener una temperatura, que además es regulable, y que aporta un confort, del que sería complicado deshacerse.

Porque, la comodidad de llegar a casa y poder disponer de una estancia a una temperatura agradable, y poder disfrutar de ella, mientras en el exterior, el frío arrecia, no tiene precio.

Así que hoy queremos conocer algo más a nuestro querido compañero que nos proporciona toda esta satisfacción, y al que nos hemos acostumbrado a tener al lado. De hecho, no nos damos cuenta de su importancia hasta el día que no funciona correctamente.

¿Qué es el gas natural?

El gas natural es un hidrocarburo de gases ligeros, fuente de energía fósil, formado en su mayor parte por metano, aunque también contiene trazas de otros gases ligeros como son el butano, etano, propano, nitrógeno helio, argón, dióxido de carbono y sulfuro de hidrógeno.

Este gas natural procede de la extracción que se encuentra en el subsuelo, y aunque al principio se quemaba, ya que se consideraba un residuo más en los yacimientos de petróleo, ahora se almacena y se distribuye como una fuente de energía.

También se puede encontrar esta fuente de energía en yacimientos independientes, en estos casos se le denomina gas libre.

Este gas natural se produjo, al igual que el resto de energías fósiles, con dos factores fundamentales, el tiempo y la presión. Cuando hace millones de años, el lodo, la tierra, restos orgánicos de plantas y animales comenzaron a descomponerse en diversas capas de la corteza terrestre de rocas porosas, se fueron creando las llamadas bolsas de gas.

Normalmente, como ya te hemos comentado antes, estas bolsas de gas se encuentran junto a yacimiento que contienen petróleo o carbón, por eso se le denomina gas asociado a hidrocarburos, pero en otras ocasiones estas bolsas de gas se encuentran en yacimientos independientes, denominándolos gas no asociado.

También podemos encontrar el denominado biogás, que también es un gas natural y que procede de la digestión anaeróbica de los desechos orgánicos, es decir que este biogás proviene de plantas depuradoras, de procesados de residuos o de desechos de animales.

Como consecuencia de la necesidad de encontrar nuevas fuentes de energía, que pudiese servir para la reducción de la dependencia que se tenía del carbón, y más actualmente del petróleo, se comenzó a estudiar la forma de poder extraer y almacenar este combustible.

Al hallarlo en los yacimientos de petróleo, en un principio se le desechó como cualquier otro residuo, pero una vez que se confirmó que el poder calorífico de este combustible era aún mayor que el del propio petróleo, fue cuando se empezó a considerar la forma de extraerlo, almacenarlo y usarlo.

tuberia-gas-blog-cuidur

Y es que no era una tarea fácil el poder realizarlo, ya que, por norma general, cuando se procede a su extracción, se aprovecha para eliminar elementos que poco aportan, como puede ser el nitrógeno o el dióxido de carbono.

Además, su presencia puede hacer que se condensen en los gasoductos o pueden dificultar su licuefacción.

Los gases más pesados, como el butano o el propano dificultan la combustión del gas, el vapor de agua, para evitar las obstrucciones en los gaseoductos, los derivados del azufre pueden provocar corrosión…

Del mismo modo, se le añaden otro tipo de elementos para que resulten más seguros, por ejemplo, se le añaden trazas de mercaptanos, de este modo, le proporcionan al gas un olor característico que resulta indispensable a la hora de poder detectarlo en caso de fuga y evitar peligros, a modo de alerta de seguridad, en caso de fuga.

Usos del gas natural

El gas natural se destina para dos tipos de mercado:

El doméstico

Gracias a su poder calorífico, sirve para tanto para calentar las casas, como para poder tener agua caliente sanitaria. Mediante la combustión del gas, que se produce en la caldera, se calienta agua para que sea repartida por todas las estancias y poder transmitir este calor, con la ayuda de los radiadores.

Del mismo modo, el agua que usamos en el baño o en la cocina, es calentada por la combustión del gas en la caldera, permitiéndonos disponer de esta agua caliente en cualquier momento.

En menor medida, ya que así lo requieren los usuarios, aún se siguen utilizando las cocinas de gas, principalmente en restaurantes, donde este gas sustituyó, al igual que en muchos hogares, al uso del gas butano, de la leña o del carbón para cocinar o calentar.

Incluso tenemos la opción de adquirir algunos de los electrodomésticos que solemos usar en el día a día de nuestro hogar, que utilizan también este tipo de gas como fuente de energía.

El transporte

Y últimamente se está abriendo un nuevo mercado, que aún está en desarrollo, pero resulta muy prometedor. Estamos hablando del mercado automovilístico, en el que se están sustituyendo los motores que funcionan con gasolina, por motores que utilizan el gas natural como fuente de energía.

El ahorro que llega a alcanzar un coche con este tipo de motores es de hasta un 50% frente a la gasolina o un 30% frente al diésel, además de reducir la emisión de gases contaminantes que pueden producir los coches de combustible basado en el petróleo.

A día de hoy, los transportes públicos de muchas ciudades están cambiando su flota de vehículos por otros cuyos motores se muevan con gas natural. Su baja contaminación acústica, así como la reducción de emisiones, lo convierten en un gran aliado en la lucha contra la contaminación en las ciudades.

El Industrial

Otro mercado sería el industrial, en el que se utilizaría como materia prima para la producción de otras sustancias como pueden ser el amoníaco, el metanol, propileno…

Y es que al gas natural se le considera una fuente de energía más eficiente, que ofrece un alto rendimiento al necesitar un consumo de energía más bajo. La poca volatilidad de su precio lo convierte en un gran sustituto de otras fuentes de energía fósiles como puede ser el petróleo.

Pero de sus beneficios hablaremos con más detalle en otra entrada de nuestro blog.

Y si necesitas a un experto en este tipo de energía, en Cuidur puedes encontrar la solución. Por eso, si tienes cualquier duda con tu calefacción o tu caldera de gas natural, estaremos encantados de ayudarte.

¿O crees que a día de hoy existe una alternativa mejor para tu hogar?