Si a estas alturas todavía te estás planteando qué tipo de caldera instalar en tu hogar, si una caldera de gas o caldera de gasoil, vamos a intentar resolver tus dudas.
Hoy en día una caldera es fundamental en tu hogar, ya no solo para proporcionarte calor durante las épocas más frías del año, sino que también será la encargada de generar ACS (agua caliente sanitaria).
Siendo un elemento que se encarga de transformar un combustible en energía calorífica, que será transmitida, bien por agua, hacia tus radiadores o grifos, o bien por aire, según el sistema que tengas instalado en tu hogar, se convierte en una pieza clave de tu confort.
Así que vamos a pasar a ver las características de cada una de estos tipos de calderas para que puedas valorar por ti mismo cuáles de ellas se adaptan mejor a tus necesidades.
Caldera de gas
A día de hoy, casi todas las casas recién construidas y que se entregan, vienen preparadas para instalar una caldera de gas.
Y cuando lo hacen de esta manera, ¿por algo será? Y es que el rendimiento de este tipo de calderas para utilizar con radiadores son las que mejor resultado ofrecen.
Estas calderas, por norma general se instalan con la opción de proveer también ACS (agua caliente sanitaria), pero no todos los modelos tienen esta opción. Por eso en fundamental conocer las características de la caldera que vas a adquirir.
En el caso de que no sea necesaria esta función, obviamente el coste de la caldera se verá reducido, por lo que para qué vas a pagar más por una característica que a la que no vas a dar uso.
Las calderas de gas suponen una inversión no muy elevada, en comparación con otro tipo de sistemas o de calderas y esto no lleva a una de sus ventajas, ya que en poco tiempo verá como la inversión realizada será amortizada.
La alta eficiencia de este tipo de sistemas son los que permiten que en aproximadamente 2 años se vean amortizadas, incluso las más caras. Además de no requerir un mantenimiento constante como puedes encontrar en otros tipos de calderas.
Eso sí, sus revisiones anuales siempre son necesarias. Que funcione todo correctamente no significa que pueda llegar a averiarse en un corto plazo de tiempo.
Además, con las revisiones no solo se verifica que la caldera este correctamente, sino que tanto la entrada de combustible, como la salida de gases procedentes de la combustión no tienen ningún tipo de fuga.
Para su mantenimiento tienes a Cuidur, expertos en la instalación y mantenimiento de tu caldera de gas y sistema de calefacción.
Funcionamiento
Como ya sabes, a día de hoy, el gas es un gas con un bajo impacto en el medio ambiente, ya que no deja residuos, es limpio, aportando tu granito de arena a evitar la contaminación del medio ambiente.
La calidad de estas calderas está de sobra contrastada, con un desarrollo en investigación cada vez mayor, lo que repercute en calderas cada vez mejor preparadas para que con un consumo de menor combustible, puedan generar más energía calorífica, lo que también conlleva un menor desgaste de sus piezas y, por lo tanto, tener una mayor vida útil.
Y es que el funcionamiento es sencillo, el agua se caliente en una cámara estanca, que libera vapor. Este vapor pasará su calor al agua del circuito en el intercambiador para que sea distribuido por tu hogar, a través de los radiadores o del suelo radiante. Los gases de la combustión son expulsados de forma segura, por la chimenea.
Caldera de gasoil
En el caso de las calderas de gasoil o diésel, el combustible que se utiliza para el calentar el agua o el aire del sistema de calefacción de tu hogar, es el diésel, un hidrocarburo derivado del petróleo.
Con esto queremos decir, que al igual que todos los sistemas que utilizan este tipo de combustibles, con más contaminantes, dejando una mayor cantidad de residuos a la hora de generar energía calorífica.
Para poder quemar este combustible, se requiere una temperatura de 60º, lo que implica que una vez que se ha calentado, tanto la temperatura, como el agua caliente, se generan de una forma casi inmediata.
Este tipo de calderas con más económicas que las calderas de gas, aunque las instalaciones para este tipo de calderas son diferentes, más laboriosas y que ocupan más sitio, ya que deben tener un depósito donde almacenar el gasoil hasta su quemado.
Éste es uno de los mayores hándicaps que tienen este tipo de calderas, porque no todos tenemos suficiente sitio en casa para meter un depósito de gasoil, además del engorro que supone que cada cierto tiempo, además de las revisiones, se tenga que llenar este depósito.
Y es que su mantenimiento es mucho más complicado que otro tipo de calderas, ya que no solo se tiene que revisar la caldera, sino que se debe revisar cada pieza, ya que el desgaste de las piezas es mayor al ser un combustible que genera una mayor cantidad de residuos.
Esto supone también que el precio de este tipo de calderas sea más económico en comparación con las calderas de gas, aunque la infraestructura que supone este tipo de calderas sea mucho mayor.
Obviamente, la amortización de este tipo de calderas se produce en un plazo más amplio en el tiempo, por todo lo que supone el traslado y almacenamiento del combustible.
Funcionamiento
En cuanto al funcionamiento de una caldera de gasoil, en este caso, el agua se calienta dentro de la caldera, manteniendo una parte de esa agua en la propia caldera, mientras que la mayor parte se envía mediante una bomba de calor que será la que envíe el agua a los radiadores.
El agua fría que regresa a la caldera se mezcla con el agua caliente que ha permanecido en ella y así se produce el trasvase de calor.
Al tener que mantener esa agua caliente para el traspaso de calor, la caldera siempre debe tener una llama constante, contando con un termostato para que esa temperatura sea siempre constante y conseguir siempre la temperatura deseada.
Por varias razones, en Cuidur nos hemos convertido en expertos en calderas de gas, ya que nos parece la mejor forma de calentar tu hogar de forma eficiente y respetuosa con el medio ambiente.
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